Wednesday, May 25, 2016

Paisaje en Negación by Don Ungaro

 
Una valla descascarada, prácticamente abandonada, en contraste con un cielo intenso y nuboso, un tanque de agua, seco, mustio, que sin duda ha conocido tiempos mejores; un alto farol, que también capitula y cede sin gusto ni ganas su protagonismo a esos azules que sabe inalcanzables; una roída camioneta que nos da la espalda, nos ignora y arrostra la mar, diríase que hasta pensativa, perdida en sus propios y mecánicos misterios.

Así va deshojando Don Ungaro sus “Paisajes en Negación”, encontrando en lo que normalmente escapa de nuestra atención, en cada una de sus imágenes, una melancólica belleza, recóndita y distinta, pero contundente.
El árbol seco y solitario, en algún paraje desolado que parece distante, pero a la vez cercano. Una grúa amarilla, poderosa e inmensa, industrial, dolorosamente humana, que sin embargo encuentra en la naturaleza, en el océano mil veces infinito, el final de su camino y a la vez su límite infranqueable. Un letrero que ha perdido su razón de ser, pues ya no dice nada, pero que se mantiene orgulloso y altivo, quizás esperando nuevas palabras que le vuelvan a hacer útil. El rojo apasionado de un hotel y sus neones como antesala de las grises tormentas que se encierran entre las cuatro paredes de cada una de sus habitaciones.

 

Cada “Paisaje en Negación” nos devuelve al tiempo en el que desde cada imagen que sin proponérselo saltaba a nosotros, incluso en la más absoluta y cruda cotidianidad, podíamos proyectar una historia completa, una historia que, al contarla, e incluso al intuirla, ya era por sí misma nuestra y, en consecuencia, real. 

Construcciones derruidas, algunas abandonadas, otras apenas habitadas, todas ajenas; arenas, cubos de basura curiosamente impolutos y contradictorios, y de nuevo el mar como angustia recurrente, como objetivo, como meta más allá de cualquier bien, de cualquier mal. La lucha perversa, pero infructuosa, de un contenedor que busca engañarnos con sus colores artificiales sin darse cuenta de que el dueño absoluto de su tono se burla en silencio de sus empeños, mostrándonos majestuoso su verdad a sus espaldas.
Lo más contundente de su muestra es que cada “Paisaje en Negación” nos representa. Todos hemos sido, o somos, esa valla descascarada a la que ya nadie ve, ese tanque vacío incapaz de saciar la sed, aquel farol pretencioso y altivo o aquella meditabunda camioneta. Todos nos hemos quedado secos y sin hojas, en la angustia de la soledad, o nos hemos sentido poderosos, dolorosamente humanos, solo para darnos de bruces al final del camino con nuestros límites. Todos hemos esperado alguna vez que nos pinten en la frente las palabras que nos devuelvan la voz y también todos hemos tratado de ocultar, tras rojos fastos y luminosos neones, nuestros grises y nuestras tormentas. Todos hemos estado derruidos, a veces abandonados, a veces apenas habitados, o hemos sido mácula contradictoria en blancas arenas en las que no somos bienvenidos. Y todos hemos tratado alguna vez de ser engaño, de llamar “nuestros” a los tonos y a los colores que son de lo que en inmensidad nos sobrepasa.

Pero hasta en esa angustiosa constatación hay poesía. No siempre se la percibe a simple vista, pero ahí está para el que sepa dónde buscarla. No hay mejor poema que el de una imagen que sin proponérselo, o aun negándose francamente a ello, termina siendo un paisaje, una alegoría feroz, una cruda declaración o un testimonio, involuntario pero incuestionable, de los sentimientos que en nuestras almas luchan contra el olvido, contra la oscuridad, contra la nada.

Gonzalo Himiob Santomé
Caracas, mayo de 2016

 

Don Ungaro


Después de terminar sus estudios en talleres de fotografía de Roberto Mata y ayudar a algunos de los fotógrafos más influyentes en la industria comercial y de moda en Venezuela , decidió seguir una carrera como fotógrafo independiente . Don pronto consiguió sus primeros trabajos como fotógrafo y ganó premios en varios concursos locales y europeas . Su garbo para perfeccionar su arte le llevó a trasladarse a los Estados Unidos y continuar con sus estudios de fotografía en Maine Media College donde creo su primer cuerpo de trabajo inspirado y titulado por por sus dos años en el estado de Maine, inaugura en la galería del Taller de fotografía Roberto Mata.

Su Exito como fotógrafo, lo llevo a varios show grupales no solo en el país sino en el exterior y tras unirse al colectivo de arte Unfollow y su Show en La ciudad de Nueva York, Ungaro nos trae su ultimo trabajo titulado Paisaje en Negación. 


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