Como si bajaran del cielo de las compras. Cuatro escaleras mecánicas permitieron que las modelos descendieran serenas, confiadas; y es que Marc Jacobs ha convertido las pasarelas de Vuitton en verdaderos performances.
Si el diseñador sorprendió en Nueva York por el uso de las rayas, en esta oportunidad Marc trabajó los cuadros, o dameros, en tonos negros y ácidos. El diseñador reveló que se inspiró en el trabajo de Daniel Buren quien también colaboró con el diseño de la pasarela.
La exactitud y sincronización de las escaleras se reflejó en cada pieza también la marcha casi militar de las modelos. De dos en dos bajaron cubiertas en cuadros, más adelante salieron a relucir los motivos florales. Una mezcla de fabulosidad sesentera con todas las otras tendencias que hemos visto: faldas columna y trajes taller muy entallados al cuerpo.
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