La firma española protagoniza el escaparate navideño del templo del lujo neoyorquino
Mario Ximénez — @marioximenez —
Existen varias factores clave en el éxito de DELPOZO que han convertido a la firma en un reducto nicho del buen gusto más sofisticado en Estados Unidos: una es Indre Rockefeller,
miembro de la más alta sociedad neoyorquina y una de las empresarias
que fundó en su día Moda Operandi para dejar de ser asistente de Anna Wintour en Vogue. Otra, la acertada y planificada estrategia que la firma ha incoado durante los últimos 3 años en Estados Unidos,
pasando por una paulatina apertura de tiendas –la primera en Miami– y
la implantación de Manhattan como punto neurálgico de sus desfiles. Pero
ahora, DELPOZO se torna más americano que nunca con el escaparate que
protagoniza estas navidades en uno de los templos del lujo de la
capital, Bergdorf Goodman, y que inundará de fantasía su fachada exterior.
El vestido largo en color bronce y aguamarina confeccionado en tul bobinnet con
flores holográficas que cerró el desfile de la última colección de la
marca, se desveló como parte esencial de este proyecto, elegido para
representar un arte escénico: la danza. El traje estará sujeto a una base giratoria recreando, así, una caja de música. El maniquí inspirado en una bailarina estará en pointe girando
sobre su propio eje para que los viandantes puedan observar el delicado
diseño desde los 360º en el escaparate que da a la calle 58 con la
Quinta Avenida de Manhattan. Soñar con la delicadeza urdida por Font y
recreada en sus oníricos desfiles nunca estuvo tan a nuestro alcance.

© Cortesía de DELPOZO
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