La vestuarista Jacqueline Durran reveló que gracias a actriz Keira Knightley, pudo emplear el equivalente 2 millones de dólares en diamantes de Chanel para crear los trajes en la adaptación fílmica del clásico de Leo Tolstoy: Anna Karenina.
Durran comentó que nunca había conocido a una actriz con tal colección de diamantes y perlas. Lo cual resultó muy útil para recrear el aura de esplendor que rodeó a esta figura.
Para realizar los vestidos, Jacqueline Durran tomó referencias de Lanvin, Christian Dior y Balenciaga lo que le permitió imprimir toques contemporáneos a la historia del s. XVIII.
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